Así como nuestros alimentos que ingerimos a diario, nos proporcionan una tipo de energía para desarrollar nuestras vidas, y la calidad de ella depende de nuestras elecciones, el espacio en que habitamos y desarrollamos nuestras actividades hacen lo propio. Algunos de los factores que influyen significativamente sobre nosotros son, el entorno ( avenidas, industrias, centrales eléctricas, antenas, espacios verdes, etc.) Las características de la vivienda (Colectiva o individual) Los materiales utilizados y la manera de combinarlos (Maderas, piedras, metales, sintéticos, vítreos) el tratamiento de las aislaciones (Acústica, hídrica, electromagnética, térmica, visual) la forma y sus relaciones funcionales (Su topología, medidas, proporciones y sus relaciones funcionales) La orientación (Norte, sur, éste u oeste dependiendo del hemisferio) los colores y sus combinaciones (es importante sus relaciones) las texturas (rústica, pulida, mate brillante) la relación con la luz ( fuente fundamental de energía)Todas estas variables y algunas otras deben adecuarse al ser humano único e irrepetible que hará uso de ese espacio. Pues como siempre repito un espacio que posibilita el desarrollo a un tipo de persona determinada, puede no ser favorable a otra, en otras palabras, un espacio catalizador del desarrollo para un ser; puede ser inhibitorio para otro (obsérvese a los animales domesticos). La gente por lo general en ciertas situaciones como una mudanza, hace apreciaciones de origen místico, verbi gracia, "desde que me he mudado a este sitio las cosas me han comenzado a ir mal" o "Esta casa no me proporciona la calidez que necesito" más categórico "todo el que ha vivido aquí le ha ido mal, sea económicamente o saludablemente"" Esta casa esta embrujada". Estas apreciaciones que a primera vista aparecen como sin sustento científico, pues si lo tienen. No existe un espacio único que es bueno para todos, pues todos no necesitamos el mismo tipo de alimento. La energía se manifiesta de infinitas formas, y cada ser necesita aquella cuya frecuencia y longitud de onda sea compatible con la propia. Todos estos factores deben estar relacionados en equilibrio armónico para favorecer a aquel que más tiempo habita el espacio. Esto ya lo sabían los antiguos místicos estudiosos de la Kabbalah dentro de la mística de nuestra cultura occidental, y los estudiosos del I Ching, cuyo conocimiento es indispensable para conocer los fundamentos del Feng Shui. En definitiva, no existen casualidades sino causalidades, y debemos procurar hacer un estudio de las condiciones de nuestra vivienda y lugar de trabajo, sobre todo cuando por motivos desconocidos nuestra salud merma, o nuestros negocios no son visitados, u ocurren situaciones que uno acredita a la mala suerte.
Compartir
20100516
El Espacios que habitamos nos proporciona una calidad determinada de energía ¿Cuál es su calidad?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario